
Ante la intención de parar el programa de motores Renault para la F1, los empleados de la fábrica de Viry-Châtillon, comunicaron a los medios que se declaraban en huelga pacifica desde hoy viernes 30 de agosto, en el marco del gran premio de Monza en Italia.
Los funcionarios manifestantes se ubicaran en la gradas N4 y N24, tendrán pancartas y camisetas con mensajes pacíficos, donde se deja clara su oposición a la terminación del programa y así evitar que deje de existir un motor francés en la F1. Bajo la etiqueta #Viryontrack, las redes van viralizando esta situación.
Recordemos que los motores Renault incursionaron en la F1 desde 1977, y fue la primera marca en lograr una victoria con un motor Turbo en 1979. A la fecha sus motores suman 12 títulos mundiales: 1992, 1993, 1994, 1995, 1996, 1997, 2005, 2006, 2010, 2011, 2012, 2013, razón suficiente para demostrar que la ingeniería de la marca francesa tiene con que competir.

Infografía MARCA (2017)
A pesar de los aciertos del proceso directivo de De Meo a la cabeza del grupo Renault, es clara la impaciencia que les genera el haber comunicado la intención de ser campeones de fórmula uno con la escudería Alpine F1 Team para 2026, además que esta anhelada victoria, permitiría catapultar la imagen y expansión de la marca Alpine, que a su vez respalda una de las líneas de equipamiento de los vehículos Renault (Esprit Alpine). Según rumores, la intención está acompañada de cerrar para las próximas temporadas un acuerdo con las motorizaciones de Mercedes Benz, grupo con el cual Renault ha tenido múltiples acuerdos comerciales y tecnológicos a lo largo de su historia.
Por un lado vemos una intención de enaltecer el orgullo y legado de Renault desde su portafolio en calle y darse como una marca orgullosamente “muy francesa”, de ahí proyectos como Electricity, el tecno-centro y el gallo estampado en el panorámico de sus nuevos modelos, pero por otra parte está el negocio, que seguramente dice lo contrario. Parece que esta es la primera intención del equipo de Luca De Meo, que impacta de manera negativa en el orgullo de los aficionados. Esperamos que la manifestación permita reflexionar y que sigamos con el orgullo de tener una escudería Renault (Alpine), con motores Renault. Aunque hemos aprendido a confiar en las decisiones de De Meo y su plan Renaulution, desde el entusiasmo por la marca, se torna preferible no ser campeones y seguir compitiendo con la jerarquía del diamante sobre las franjas azul, blanco y rojo de su bandera. Ahora está que si esto sostiene la escudería para en un futuro prometedor en la competencia, bienaventurada sea la decisión.
Redacción:
Andrés Felipe Beltrán
Director Vasarely Magazine
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